domingo, 1 de octubre de 2017

A E Jackson





Si hay algo que tenemos en común la gran mayoría de los adultos lectores, es nuestra pasión por los “cuentos”… nuestra infancia estaba llena de maravillosas historias, que en la mayoría de los casos solo podíamos “visualizar” en cuentos ilustrados, carecimos de los medios visuales actuales, pero ese encanto de las ilustraciones (que ahora llaman “vintage”) siempre seguirá con nosotros… o al menos ese es mi caso…
Recuerdo que uno de mis primeros cuentos ilustrados fue Las Aventuras de Alicia en el País de las maravillas, de Lewis Carroll… aún hoy día me sigue fascinando esa historia y soy una fan incondicional de todas sus ilustraciones, que son muchas y variadas…

Pero hoy en de la A ha la Z le toca el turno a Alfred Edward Frederick Jackson, un londinense de la Inglaterra de 1873… aunque sus padres fueron unos modestos trabajadores, apoyaron su inquietud artística, raro en aquella época donde había que trabajar en algo “serio” para poder sobrevivir y pudo estudiar en la Escuela de Arte de Canden, donde ganó varias medallas por sus trabajos artísticos.
En 1901 cuando apenas contaba con 28 años tuvo su primer cuadro expuesto en la Royal Academy. Además de publicar ilustraciones  en The Sketch e ilustrar libros infantiles.
Los Viajes de Gulliver (1914) Alicia en el país de las maravillas (1915) 

Cuentos de Shakespeare (1919)

Los niños del agua (1920), Cuentos de las mil y una noches (1920), Robinson Crusoe (1921), así como los clásicos de Grimm (Caperucita Roja, Blancanieves, Cenicienta etc.)

Sus ilustraciones son sumamente hermosas y llenas de movimiento… AE Jackson dejó este mundo en Hailsaham Sussex, en la primavera de 1952 (como muchos artistas de su época vivió las dos grandes guerras), sus dos hijas Muriel y Elaine, siguieron los pasos de su padre, y tuvieron sus propias exitosas carreras como ilustradoras…

Envidio a aquellas personas que tengan en su poder unos libros ilustrados como estos, me conformo con admirar las imágenes desde mi ordenador y soñar con esos muchos mágicos que alguien imaginó para las mentes de los más pequeños ( y de los mayores aunque no lo reconozcan ).
Caperucita, es de mis cuentos favoritos, y el lobo vestido de abuelita , tapado con una manta de patchwork, es una locura total...

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